FABI


Pero ahora ya no podía perdonarle que fuese una mujer,
alguien que transformaba el sabor remoto del viento
en sabor a carne.

Césare Pavese

COTIDIANA APETENCIA

Dos días llevo sin tocarte. Dos
silenciando un rumor incontinente
plisando medio loco las rayas del recuerdo
para indagar
qué amable anda tu piel.
Ese beso que acídulo derrama
tu boca iconoclasta.

Dos noches en el enigma de palparte
Pensando ensombrecido tan tenaz contratiempo;
retrotayendo tu pálida hermosura,
la blanca aboyadura
donde anudar mi naufragio:
olas, vientos, jadeos,
caliginosos mistrales.

Dos días nada más
y ando hecho un guiñapo,
rumiando con resignación
el estreno de estos tiempos novísimos
a los que invisible resultas.
Fruncida mi desolación,
decapitada mi apetencia:
cundiendo un miedo subcutáneo.

No hay comentarios: