cuaderno de poesía
tipos extraños
hablo con tipos extraños
de un tiempo que ya no existe
desconocidos que me saludan
desde la bruma de un ayer perdido
y me preguntan por los olvidos
las insondables lagunas de la memoria
los paisajes en la infancia diluidos
escucho cara a cara su discurso
de palabras balbuceantes
en un habla que no puedo entender
incomprensible
enfrentado a su mirada
de quien fue y no reconozco
la vida siempre tiene
una consumación errónea
ese ambiguo latir que nos arrastra
hacia a no entender nada
la densa vida
Equívocos
Te miro y no te tengo
te beso y no me miras.
La vida pasa rápida
y al borde de tu risa
se rompe el hielo y caes
al lago de lo que no ha sido.
Sales corriendo a la calle
lejos del miedo que anidas
atrás quedan los recuerdos
en un frasco de cristal
exhibidos.
Te alegras de ser tú misma
has conocido el diagnostico
que advierte en calmar
tu pecho alegre,
cuando nada es más fuerte
que la convicción de agarrar
la vida por su mango
y levantar el vuelo
para separarte más de lo justo
y menos de lo suficiente.
Miras atrás y ya no estás
otros pequeños cuerpos
de niños ocupan tu lugar.
Andas por el estrecho pasillo
del miedo a solas,
te tambaleas sobre ti.
Has amado hasta gastar
todo el amor.
No hay más que decir.
Me has mirado y me besas
con la honda dulzura
de quien quiere
ser ángel y sin alas volar.
entregas
llamadas
sobreactuado
salgo al escenario
hago una reverencia
y actúo
interpreto mi vida
el encanto de ese tiempo
donde fui yo
lo muestro con emoción
con llanto con ganas
con amor
con discordancias
con la tensión
en las cuerdas vocales
de quien declama
su representación
no espero
ovación unánime
ni juicio redentor
y me retiro en paz
sin que nadie reclame
un anhelado bis
que alargue la función
el tiempo caído
y si piensas en mí
sin saber que te quise
ignorando que mi amor
tan tierno
bebió en tu luz
y en tu sonrisa
sin apenas rozarte
desde el puro sentir
con que mi corazón
detenido observaba
tu líquida belleza
la irisación de tu presencia
Todo queda
Y todo ya pasó
pasó como la tarde
que entrecomilló el sol,
pasó como quien come
melón en la cocina
y no se apura luego
por el aleteo sereno
del anochecer
mientras crecen anémonas
en el jardín de los ojos
donde fuimos furtivos
puente y río,
agua corriente
y hoja caída.
Pasamos nosotros
como pasa esta hora.
Esencias
Contemplaciones