MERCEDES


Y tantas veces como las deseé…
me parece que era algo complicado,
pero me fascinaban algunos detalles.
La voz, la piel, los cabellos…
Una mujer es algo muy hermoso.

Boris Vian



TEXTURAS

¡Qué importa el mundo
mientras tus ojos vea!
Y juegue a engarzar con orfebre paciencia
la adularia inquietud de tu mirada,
a beber tenazmente
la fresca sal que retienen tus labios;
el clivoso sexualismo de tu pechos punzantes.

Apenas te retengo y ya te escurres
de la torpeza de mis torpes manos,
de la exigua aprehensión de mis endebles besos:
mágico pez embriagado
de noches solapadas,
de afectadas extrañas palabras
pronunciadas con un deje de luz.

Cuando te busco queda,
en la maquinaria de mi piramidal recuerdo,
un brusco olor a tu cuerpo de atún,
una duda incendiaria incombustible.
Y un escrito de tus feraces manos
sobre mi pecho,
un mimoso poema:
adamantino, refulgente, claro.

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