Me veo pasar, la mochila
a la espalda que carga
la ilusión del momento
ilusorio del camino.
¿Dónde vas tan temprano
a saber de tus pasos
adentrándose en la leche
que la ciudad derrama
profunda de misterio?
Ahora mismo el cielo
amable trae el día
sin cuento que amanece,
y yo sin saber de los pasos que doy
en el bosque del vegetal recuerdo,
en la asfáltica espera
que salpica los cuentos.
1 comentario:
Me gusta como nos bambolea entre esos dos planos semánticos, lo asfáltico y lo abierto que huele a bosque. Dan ganas de echarse a andar, desde luego.
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