TANTA TRISTEZA



Entra tanta tristeza al levantarse.
Tanta tristeza, tanta.
Y comprobar que fuera
el mismo mundo triste
obstinado circula con todas sus urgencias:
insensible al dolor.

Ajados se lamentan de su postrer destino
hombres, besos de piedra,
mordiendo la continua resignación a que se aferran.

Y sobre tibios lechos se vierten, se derraman:
sueños y muerte.
Soliviantado ritmo por un ferrocarril,
vía a las tinieblas.

1 comentario:

Gsús Bonilla dijo...

el atisbo
más explícito
de la incoherencia del ser humano.


bravo
bravo
y
bravo.