doble vida


soy ese hombre que sentado en un parque
toma pastillas contra la pesadumbre
y al fresco espesor del aire
embadurnado de pájaros
desayuna con nostalgia
en monólogo de entrañas

turbias flores lo rodean
regadas por la luz y el azul que pace

y la vida ofendida pasando por delante
con su desastre caudal de segundos vertidos
su deflación prosaica
la mentira palpable

entonces recuerda aquel flaco estudiante
que alelado y perdido
volvía a casa testeando
la lánguida soledad de las ciudades
caminando como un extranjero
en tierra de nadie
y su corazón campo de minas
estallando a cada paso
sin entender qué pasaba
ni saber el temprano signo
de cuanto le esperaba

ahora tengo dos vidas
en una siempre muero
y en la otra vivo
aferrado al instante
a este instante