Resonancia magnética

 

Tumbado en una camilla

miro el cielo lechal en una clínica

mientras espero a solas

el amparo de una voz que guíe

mi desconcertado cuerpo

asustado y claustrofóbico.

 

Tras las instrucciones

que acato con obediencia

comienza la exploración

de aquello que llevo dentro.

 

Me sorprende que, en mi interior,

después de tanto tiempo,

todo esté como lo pusieron

en un primer momento.

El páncreas sin alteraciones

los riñones mantienen su tamaño,

y la vejiga inalterada.

 

Los pulmones respiran

y el corazón bombea a diario

a su ritmo cardiaco

alegrías y tristezas.

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