Si tú pudieras verte
como te veo yo:
como una alta ola
de exaltado color.
Si pudieras venir
hasta mi corazón,
a instalarte un instante
con ligero temblor:
un segundo, una pausa
de tu respiración
anhelante, turgente,
e incendiada de sol
me entregaras las tardes
que pierdes con candor
sobre la luna fría
de los escaparates,
sobre las avenidas
donde envuelves el aire
como inmensa fragata
que provoca desastres,
desplegando tu pelo
de áurico velamen.

Si pudieras sentir
el vértigo, mi amor,
de mis manos sedientas
sobre tu piel en flor,
húmeda y asustada,
y el vuelo abrasador
de mis labios alados
sobre tu condición
de adrizada clivia
y lirio de pasión.

Si con un simple verso
de enconada emoción
pudiera convencerte
para mi vocación
de apacible ensenada
donde amarrar tu voz.

Si tú pudieras, tú,
rumbo fijo, constante,
catamarán azul,
a tu puerto llevarme
y hundirme allí,
para que no supiera
desanclarme de ti.
Si pudieras al fin...

No hay comentarios: