Lanzas al aire gestos
indicios luminarios,
guardas claves ocultas
del tiempo entusiasmado:
balizas rojas tus labios
en la boya atardecida
de mi rumbo solitario,
y tu boca ardiente faro
que convoca mi temor
hacia ese mar azulado
de tus besos congelados,
humedecidos y tiernos.
Cauteloso corsario
contrabandista esquilmado
del juego que en ti atesoras:
mi afortunado extravío
y el agridulce naufragio.
En la línea marinera
junto a los acantilados
del sublime formulario
de tu hermosura de roca:
mi arboladura sin palos
y mi velamen rajado
sin tiempo de componerlo,
hacia el desastre sagrado
de tu amor abecedarioacuoso del universo.

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