cuaderno de poesía
Somnolencias
Tu sueño apoyado en el mío
dormimos otro día
que miramos marchar
navegando desde la nave tardía
de este sofá,
polisémica ofrenda
en compañía
calor arrebujado en la piel,
sobre todo palabras
sellado beso al descansar,
mustios los párpados
descienden al mar oscuro
del tranquilo esperar.
costuras
cuando iba a coser
mi abuela me pedía
siendo aún niño
ayuda para ensartar la aguja
porque tenía buena vista
ahora soy yo
quien enhebra
la aguja de la vida
para zurcir mi corazón
rasgado por el tiempo
descosido de amor
Desamparos
A mí la poesía nunca me ha salvado de nada.
No me paró los golpes del viento helado
ni el dolor en el pecho
ni la incomprensión de los que viven al lado,
tampoco de quienes mandan
en todos los asuntos del género humano.
No me ha salvado de la ingratitud,
ni del desamor ni del desprecio
en un momento dado.
Resonancia magnética
Tumbado en una camilla
miro el cielo lechal en una clínica
mientras espero a solas
el amparo de una voz que guíe
mi desconcertado cuerpo
asustado y claustrofóbico.
Tras las instrucciones
que acato con obediencia
comienza la exploración
de aquello que llevo dentro.
Me sorprende que, en mi interior,
después de tanto tiempo,
todo esté como lo pusieron
en un primer momento.
El páncreas sin alteraciones
los riñones mantienen su tamaño,
y la vejiga inalterada.
Los pulmones respiran
y el corazón bombea a diario
a su ritmo cardiaco
alegrías y tristezas.
Reino vegetal
Aquí ando tranquilo sobre una hoja de sol
y, a pesar del sosiego, me incomodan las ortigas
de quien no tuvo vida y nunca sintió amor,
la urticante desazón de la injusticia
la triste picazón de quien vivió dormida
y un mal sueño su despertar quebró.
Los cardos del vegetal dolor desmemoriado
crecen alrededor de mi zona de confort
y ahora soy menos yo y mucho más la savia
que sube de la raíz oculta de la niñez,
la clorofila inflamada
apartado en mi rincón del mundo
rodeado de la vegetación
Poema definitivo
La muerte no va a esperar
a que escriba mi último poema
el siempre perseguido
perfecto poema de las felices horas
de la excelsa armonía de las letras
de insumisa alegría.
Me cogerá a traspiés
entre este verso y otro no nacido
me enviará al retorno
de lo que siempre he sido
un ser entre otros seres
que en gentío me han precedido.
Es por eso que cada día la espero
detenido en el espigón rompiente
de la ola y la caricia
sobre los cabestrantes de la aurora
en un país de islas luminosas
allende de urgencias y de prisas,
con la cabeza alta
el corazón caliente
de los besos y las risas.
Amores
Amores son destemplados
por soledad y silencio,
amores que son el tiempo
que madruga desencuentros.
Esperas
Tal vez porque esperas
un ángel circunstancial en la mañana
que venga y con su ala
tape el musgo de la zozobra
y te salve,
que acuda en tu nombre
allí donde tu desamparo
es luna creciente esmerilada.
A la alada fortuna que resuelva
el tropel de causas acumuladas
la insania vida trabajada
sin un sin más
me despido de ustedes.
Dominical estado
Escribiré en domingo
versos por compromiso
con la mujer que sueña
ese amor ajado
que no nunca llega
y que amustia su ánimo
a quien busca en desánimo
con quien escondido
alienar sus penas
la cena resignada
y la condena
de un techo desgarrado.
Sendas
Emprenderé el camino por donde otros han sido
aunque no sepa volver después a casa
y me pierda en la mar rugosa
desconcertado
trastabillado por los pasos contra el viento
Emprenderé el camino de la piedra y el bosque
por donde crece el musgo escrito
y los pasos del desencuentro.
Alguien me dijo que mañana es pronto
para emprender esta aventura incierta.
Solo el mar
Un día seré solo el mar que duerme
tranquilo de su mal que no despierte,
ese día perdido ando buscando
aquel que fui a deshoras sin quererlo.
Un día seré espuma de otros días
que la luz me cubrió sin darme cuenta
y este honrado relato me fue contando
en retratos y espejos de imágenes opuestas.
Un día ya sin día no seré
ni sombra, ni silueta, ni arcano.
Versicularia
Hoy comencé a escribir
un larguísimo poema.
Es el poema de la vida que tengo
y que me tiene.
Son los versos de la respiración agitada
cuando cuento el tiempo que no tendré
los días idos
y las horas muertas,
que murieron ante la pena del pasar.
Ahora que sé que me soy dado
a repensar mi nada
de persona que se asombra
de persona en la sombra.
dolorido
macerado el espíritu
al no poder escribir
lo que me ahoga
el ahogo que sube por la garganta
cada momento que pasa
sin poder escribir otro poema
el mismo como yo
que soy el mismo siempre
y no me reconozco
en el paisaje de un domingo playero
recorriendo la ciudad adolescente
indómito y opuesto a todo
amando en joven pose
construyendo
hubo un tiempo que me sentí
hubo un tiempo que me sentí
tan inútil
que dejé de amar la poesía
infiel amante de sus versos
la abandoné
por otras prosas mundanas
olvidados
hay un lugar común en los sueños
una plaza abierta
donde se juntan todos los corazones
en el latido errante de su existencia
una cálida avenida
transitada por pasos inocentes
un trasiego profundo
donde transcurren las horas
de la vida que nos vivió
hay una foto que se va borrando
en sus perfiles nítidos
perdida la policromía de sus actores
y la mirada diluida
sobre el afán de cuanto no recuerdo
hay gente que vuelve de las sombras
y te requiere
como un padre en silencio
reclama
la orfandad de hijos
he olvidado qué fue lo que olvidé
Senderos
Camino por la vereda verdecida
tocada por el dedo asombroso de la primavera
mientras pienso en el dolor mantenido
por poetisas y poetas:
Chantal Maillard, Piedad Bonnett, Esther Seligson,
Joan Margarit o Juan Gelman,
nunca igualables en sus transidos versos.
‘Cuidado con el perro’, leo distraído
y un ladrido agudo y enronquecido
resquebraja mi ensimismamiento
y me sobrecoge.
vocación
no quiero ser poeta: solo quiero ser verso
confundirme en la lengua azul de las palabras
perderme en los rastrojos de la copla diaria
andar por los senderos despejados
esparcirme en cenizas de mi cuerpo
soñar a ras de suelo
ser verso suelto en esos días sencillos
que me despeina el viento,
ser verso incierto
poema malherido
pequeño dislate de la historia
Escritura vital
Conocí a una joven
que quiso ser poeta.
No muy afortunada
con sus versos
dejó la poesía
y tuvo un hijo
que ahora
es su mejor creación.
tipos extraños
hablo con tipos extraños
de un tiempo que ya no existe
desconocidos que me saludan
desde la bruma de un ayer perdido
y me preguntan por los olvidos
las insondables lagunas de la memoria
los paisajes en la infancia diluidos
escucho cara a cara su discurso
de palabras balbuceantes
en un habla que no puedo entender
incomprensible
enfrentado a su mirada
de quien fue y no reconozco
la vida siempre tiene
una consumación errónea
ese ambiguo latir que nos arrastra
hasta no entender nada
la densa vida
Equívocos
Te miro y no te tengo
te beso y no me miras.
La vida pasa rápida
y al borde de tu risa
se rompe el hielo y caes
al lago de lo que no ha sido.
Sales corriendo a la calle
lejos del miedo que anidas
atrás quedan los recuerdos
en un frasco de cristal
exhibidos.
Te alegras de ser tú misma
has conocido el diagnostico
que advierte en calmar
tu pecho alegre,
cuando nada es más fuerte
que la convicción de agarrar
la vida por su mango
y levantar el vuelo
para separarte más de lo justo
y menos de lo suficiente.
Miras atrás y ya no estás
otros pequeños cuerpos
de niños ocupan tu lugar.
Andas por el estrecho pasillo
del miedo a solas,
te tambaleas sobre ti.
Has amado hasta gastar
todo el amor.
No hay más que decir.
Me has mirado y me besas
con la honda dulzura
de quien quiere
ser ángel y sin alas volar.
entregas
llamadas
sobreactuado
salgo al escenario
hago una reverencia
y actúo
interpreto mi vida
el encanto de ese tiempo
donde fui yo
lo muestro con emoción
con llanto con ganas
con amor
con discordancias
con la tensión
en las cuerdas vocales
de quien declama
su representación
no espero
ovación unánime
ni juicio redentor
y me retiro en paz
sin que nadie reclame
un anhelado bis
que alargue la función
el tiempo caído
y si piensas en mí
sin saber que te quise
ignorando que mi amor
tan tierno
bebió en tu luz
y en tu sonrisa
sin apenas rozarte
desde el puro sentir
con que mi corazón
detenido observaba
tu líquida belleza
la irisación de tu presencia
Todo queda
Y todo ya pasó
pasó como la tarde
que entrecomilló el sol,
pasó como quien come
melón en la cocina
y no se apura luego
por el aleteo sereno
del anochecer
mientras crecen anémonas
en el jardín de los ojos
donde fuimos furtivos
puente y río,
agua corriente
y hoja caída.
Pasamos nosotros
como pasa esta hora.
Esencias
Contemplaciones